Hoy es domingo y mi último día de vacaciones de verano (snif, snif). Lo dedicaré a no hacer nada. O sí: solo lo que realmente me apetezca hacer. No aceptaré peticiones de nadie, ni me esforzaré demasiado. Hoy es para disfrutar: sin agobios, sin presiones. Hoy ya es solo para mí.